8 de octubre de 2013

Tarta de queso


La receta de hoy es una tarta de queso hecha al horno. Debo confesar que hace unos años no era yo muy fan de ningún postre que llevara queso. Y eso que a mi me gustan bastantes tipos de queso. Pero como todo cambia, también cambió mi gusto por este tipo de tartas, así que me decidí a hacer una yo misma. Y la verdad es que estoy muy contenta del resultado, ha gustado mucho en casa.
Esta receta es original de Lazyblog. La que veréis aquí tiene algunos cambios respecto de la original, como es el hecho que yo reduje las cantidades a la mitad para hacer una tarta de menor tamaño, o los tiempos del horno.
¡Vamos a ello!



Ingredientes:
Para la Base
1/2 tubo de galletas María (pueden ser normales o integrales o como más os guste)
50 gr de mantequilla (derretida en microondas a potencia suave)
Opcionalmente podéis añadir 1 cucharada sopera de azúcar, según si queréis darle más dulzor (yo no lo hice).

Cuerpo de la tarta
300 gr de queso crema (philadelphia o similar)
125 ml nata líquida
2 huevos
1 cucharadas soperas de harina
2 cucharadas soperas de azúcar
Ralladura de 1/2 limón


Elaboración
Precalentamos el horno a 180º, fuego solo abajo.
Comenzamos haciendo la base de la tarta. Trituramos las galletas hasta obtener una textura de harina, y ésta la mezclamos con la mantequilla derretida (y el azúcar si se lo hemos añadido) usando las manos, hasta tener una mezcla terrosa. Con esta mezcla podemos forrar solo el suelo o el suelo y las paredes del molde que vayamos a usar. Los moldes redondos de aluminio de unos 18-19 cm de diámetro, pueden forrarse tanto el suelo como las paredes. Si usamos un molde un poco más grande, de unos 22 cm, a lo mejor solo nos da para el suelo. Una vez forrado el molde con la mezcla, podemos hacer dos cosas, o lo metemos en la nevera para que se endurezca o al horno unos 10 minutos a 180º. Si lo metemos en la nevera, lo dejaremos ahí hasta que tengamos el cuerpo de la tarta listo para ponérselo encima.

Batiremos entonces los huevos con el azúcar hasta que blanqueen (la mezcla quede esponjosa y aumentada de volumen). A continuación se añade la nata y el queso crema y lo mezclamos todo bien. Por último incorporamos la harina y la ralladura del limón, acabamos de mezclar y ya está listo el cuerpo de la tarta. Sacamos el molde de la nevera (si hubiera estado en ella) y vertemos poco a poco el relleno encima.
Y horneamos ( en mi caso, en el segundo nivel por arriba), 10 minutos a 180º y 25-30 minutos a 160º aproximadamente, o hasta que al introducir un palillo salga limpio. Los últimos 5 minutos podéis encender también el fuego arriba para que se acabe de dorar por encima.

Podéis dejar que se enfríe la tarta en el horno con la puerta entreabierta un ratito y luego sacarla dejar enfriar a temperatura ambiente.
Una vez fría la metemos en la nevera y la dejamos unas horas en ella o incluso un día entero. Dicen que así está más buena, así que yo sigo la indicación.

Esta tarta se puede consumir tal cual o decorarla con fruta o con mermelada. Si la cubrimos con fruta es recomendable pincelar la superficie de la tarta con mermelada y luego poner encima la fruta cortada, en rodajas o como a uno más le plazca.
Otra opción, que es la que hago, es acompañar la tarta con un bol de mermelada para que cada comensal se sirva si quiere. Y para que la mermelada no quede tan consistente, sino con una textura parecida al sirope, mezclo mermelada con agua y lo calentamos en un cazo para que se mezclen bien y se diluya bien la mermelada (a razón de dos cucharadas de mermelada por una de agua, aunque se puede añadir más agua si queréis una consistencia más líquida). Hay que dejar enfriar la mezcla y ya se puede saborear.

¡Y a disfrutar!




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