14 de febrero de 2013

Alitas de pollo con salsa de pimientos del piquillo

¡Aquí va la primera receta!
He escogido esta como primera receta para publicar porque quizás fue la primera comida que preparé junto con mi pareja, cuando aun ninguno de los dos nos habíamos independizado de nuestros padres. Diría que fue la primera para la que usamos internet para buscarla y cocinarla. Es un poco un homenaje a él, por aguantarme tanto!

Por cierto, en esta, sintiéndolo mucho, no hay foto. Intentaré no olvidarme la próxima vez que hagamos este plato.

Ingredientes:
Para las alitas:
Alitas de pollo (si va a ser plato único, con una bandeja de las que venden preparadas en los supermercados es más que suficiente para dos personas)
2-3 ajos, 2 hojas de laurel, aceite, sal

Para la salsa:
Una lata o bote de pimientos del piquillo, 1 cebolla, 1 ajo, aceite, sal


Ponemos aceite en una sartén a calentar y añadimos los ajos sin pelar y las hojas de laurel. Una vez caliente el aceite, añadimos las alitas que previamente habremos salado o salpimentado, según os apetezca que lleven pimienta negra molida.
Se fríen las alitas hasta que estén bastante doradas. Pensad que el pollo es una carne que suele tardar un poco en hacerse. Probablemente 20-25 minutos sean necesarios, pero será cuestión de ir controlando. Es mejor si se fríen tapadas, porque el aceite salta bastante.

Mientras se fríen hacemos la salsa. Troceamos la cebolla y el ajo y lo sofreímos en una sartén con aceite con el fuego medio. Una vez se vea la cebolla con un cierto tono transparente añadimos los pimientos que habremos colado al sacar del bote y quitado las pepitas que suelen tener. Se pasan unos minutos por la sartén y a continuación se vuelca todo en un vaso y se tritura hasta obtener una salsa fina. Lo volvemos a poner en una sartén y ajustaremos de sal y azúcar (los pimientos son ácidos como el tomate), dejando que se cocine unos minutos más a fuego lento. 
Para entonces las alitas ya estarán hechas y lo único que hay que hacer es volcarlas en la salsa de pimientos del piquillo, mezclarlo todo y servir.

Son alitas, así que nada de cuchillo y tenedor. ¡Con los dedos!
La única recomendación es que tengáis a mano muchas servilletas de papel. Os harán falta.

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