La
receta de hoy es una tarta de queso hecha al horno. Debo confesar que
hace unos años no era yo muy fan de ningún postre que llevara
queso. Y eso que a mi me gustan bastantes tipos de queso. Pero como
todo cambia, también cambió mi gusto por este tipo de tartas, así
que me decidí a hacer una yo misma. Y la verdad es que estoy muy
contenta del resultado, ha gustado mucho en casa.
Esta
receta es original de Lazyblog.
La que veréis aquí tiene algunos cambios
respecto de la original, como es el hecho que yo reduje las
cantidades a la mitad para hacer una tarta de menor tamaño, o
los tiempos del horno.
¡Vamos
a ello!
Ingredientes:
Para
la Base
1/2
tubo de galletas María (pueden ser normales o integrales o como más
os guste)
50
gr de mantequilla (derretida en microondas a potencia suave)
Opcionalmente
podéis añadir 1 cucharada sopera de azúcar, según si queréis
darle más dulzor (yo no lo hice).
Cuerpo
de la tarta
300
gr de queso crema (philadelphia o similar)
125
ml nata líquida
2
huevos
1
cucharadas soperas de harina
2
cucharadas soperas de azúcar
Ralladura
de 1/2 limón
Elaboración
Precalentamos
el horno a 180º, fuego solo abajo.
Comenzamos
haciendo la base de la tarta. Trituramos las galletas hasta obtener
una textura de harina, y ésta la mezclamos con la mantequilla
derretida (y el azúcar si se lo hemos añadido) usando las manos,
hasta tener una mezcla terrosa. Con esta mezcla podemos forrar solo
el suelo o el suelo y las paredes del molde que vayamos a usar. Los
moldes redondos de aluminio de unos 18-19 cm de diámetro, pueden
forrarse tanto el suelo como las paredes. Si usamos un molde un poco
más grande, de unos 22 cm, a lo mejor solo nos da para el suelo. Una
vez forrado el molde con la mezcla, podemos hacer dos cosas, o lo
metemos en la nevera para que se endurezca o al horno unos 10 minutos
a 180º. Si lo metemos en la nevera, lo dejaremos ahí hasta que
tengamos el cuerpo de la tarta listo para ponérselo encima.
Batiremos
entonces los huevos con el azúcar hasta que blanqueen (la mezcla
quede esponjosa y aumentada de volumen). A continuación se añade la
nata y el queso crema y lo mezclamos todo bien. Por último
incorporamos la harina y la ralladura del limón, acabamos de mezclar
y ya está listo el cuerpo de la tarta. Sacamos el molde de la nevera
(si hubiera estado en ella) y vertemos poco a poco el relleno encima.
Y
horneamos ( en mi caso, en el segundo nivel por arriba), 10 minutos a
180º y 25-30 minutos a 160º aproximadamente, o hasta que al
introducir un palillo salga limpio. Los últimos 5 minutos podéis
encender también el fuego arriba para que se acabe de dorar por
encima.
Podéis
dejar que se enfríe la tarta en el horno con la puerta entreabierta
un ratito y luego sacarla dejar enfriar a temperatura ambiente.
Una
vez fría la metemos en la nevera y la dejamos unas horas en ella o
incluso un día entero. Dicen que así está más buena, así que yo
sigo la indicación.
Esta
tarta se puede consumir tal cual o decorarla con fruta o con
mermelada. Si la cubrimos con fruta es recomendable pincelar la
superficie de la tarta con mermelada y luego poner encima la fruta
cortada, en rodajas o como a uno más le plazca.
Otra
opción, que es la que hago, es acompañar la tarta con un bol de
mermelada para que cada comensal se sirva si quiere. Y para que la
mermelada no quede tan consistente, sino con una textura parecida al
sirope, mezclo mermelada con agua y lo calentamos en un cazo para que
se mezclen bien y se diluya bien la mermelada (a razón de dos
cucharadas de mermelada por una de agua, aunque se puede añadir más
agua si queréis una consistencia más líquida). Hay que dejar
enfriar la mezcla y ya se puede saborear.
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