Me
encanta la pasta con salsa de calabaza. La primera vez que la probé
fue en un restaurante en Castellón, al que mi hermano suele ir, y yo
con él cuando voy de visita. Después de probarla decidí que yo
tenía que hacer esa receta. Así que dicho y hecho. Al volver a
casa, empecé a buscar por internet hasta que di con una que me
convenció (procedente de Directo al Paladar) y que me encanta y la
hago muy a menudo y en gran cantidad porque así la congelo y tengo
para varias ocasiones. O para regalar también, jeje!
¡Vamos
alla!
Ingredientes
Para
4 personas
1
cebolla,
800
g de calabaza (sin pelar),
200
ml de nata,
aceite
de oliva,
nuez
moscada,
sal,
pimienta
Elaboración
Ponemos
un poco de aceite en una sartén o cazuela y pochamos la cebolla
cortada en juliana a la que le añadiremos un poco de sal para
facilitar el pochado.
A
continuación añadiremos la calabaza ya pelada, sin las pepitas y
cortada en de cubos pequeños. Os recomiendo que esto sea el primer
paso a hacer, incluso antes de pochar la cebolla porque una de las
cosas más complicadas es pelar la calabaza.
Tras añadir la calabaza
bajamos el fuego dejándolo prácticamente al mínimo y tapamos para
que se cueza con el vapor. Iremos removiendo de vez en cuando hasta
que la calabaza esté blanda y se vaya deshaciendo.
Con
la ayuda de un cucharón iremos ayudando a que se deshaga la
calabaza.
Una
vez hecho esto hay dos opciones, añadir directamente la nata, si os
gusta que la salsa tenga más grumos o bien darle unos golpes con la
batidora si no os gustan esos grumos. Yo hago esto último porque me
gusta que la salsa sea más uniforme.
Así
que una vez batida añadiremos la nata, dejaremos cocer unos minutos
removiendo bien para que se integre bien la nata con la calabaza. Por
último salpimentaremos y echaremos una pizca de nuez moscada. ¡Y
listo!
Sirve
con cualquier tipo de pasta, corta, larga o rellena.
¡A
disfrutar!
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