Cuando sobra pan de hace un par
de días, hay varias opciones para aprovecharlo y que no acabe en la basura.
Entre ellas, transformarlo en pan rallado,
y guardarlo para las croquetas o los empanados; otra, es convertirlo en
migas, plato buenísimo, del que soy gran fan, mi madre las hace de muerte y ya
colgaré la receta un día de estos. También, como uno, unas torrijas estupendas,
y por último, otra posibilidad es hacer un pudin con ese pan. Y eso es lo que
vamos a hacer en esta receta.
El pudin no deja de ser otra
receta de aprovechamiento como los canelones o las croquetas. ¿Sobra pan,
sobran croissanes, magdalenas, brioches, etc? ¡Pues hacemos un pudin!
A mi me gusta mucho el pudin, a
cualquier restaurante que voy y lo tienen de postre, suelo pedirlo. ¡Lo mismo
que me pasa con las croquetas! Allí donde voy, las pido.
Bueno, a lo que íbamos. Aquí
tenéis la receta para hacer un pudin de pan. Aprendí a hacerlo hace tiempo y me
gusta mucho como queda. Con estas cantidades da para unas seis o incluso ocho,
personas.
Ingredientes
½ barra de pan
½ litro de leche
150 gr de azúcar
3 huevos
1 cucharadita de canela en polvo
o una rama de canela
ralladura de naranja
caramelo
opcionalmente podemos añadirle
nueces (100 gr)
Elaboración
Precalentamos el horno a 100-120ºC.
Calentamos la leche unos 10
minutos, sin que llegue a hervir nunca, junto con la canela y la ralladura de
naranja.
Por otro lado, mezclamos los huevos con el azúcar y cortamos el pan en
rebanadas. Pasados los diez minutos, añadimos a la leche la mezcla de huevos y
azúcar, lo removemos bien, y a continuación añadimos el pan.
Dejamos que empape
bien y con las varillas vamos rompiendo ligeramente el pan en trozos de
distintos tamaños. Esto lo podemos hacer así, o bien, a medida que vamos
rompiendo el pan lo vamos removiendo todo junto hasta obtener una masa cremosa.
La diferencia está en el resultado final. Si queréis que al cortar el pudin se
vean los dos niveles diferenciados de textura de flan por un lado y la zona
donde está el pan, o la segunda opción, todo homogéneo, sin niveles.
Bañamos bien el molde con mucho
caramelo. Lo podéis hacer o comprarlo ya hecho. En este caso yo lo he comprado,
por comodidad. Podéis usar el molde que queráis. Para este pudin y con estas
cantidades suelo usar una bandeja para el horno, de metal, que venden en IKEA,
la pequeña, que mide 25x18 cm. Si con estas cantidades usáis un molde mayor,
evidentemente disminuirá el grosor del pudin y con toda seguridad, se acortará
el tiempo de cocción.
Una vez esta el molde bañado en
caramelo, vertemos en él la masa y preparamos un recipiente con agua para
introducir en él el molde, ya que el pudin se cocina al baño maría. Es mejor
que el recipiente sea hondo para que haya más agua, si hay poca, se corre el
riesgo que el agua hierva, lo que no debe pasar, y entonces hay que bajar
corriendo la temperatura del horno para que deje de hervir, con los
inconvenientes que puede conllevar. La última vez que lo hice me despisté en
ese aspecto y fue un rollo.
A 100 ºC con el fuego arriba y
abajo colocado a media altura, en unos 30 minutos puede estar. Es mejor
controlarlo introduciendo un palillo y comprobar si sale seco.
Dejáis enfriar, servís solo o con nata montada, y ¡a disfrutar!
¡Qué buena pinta, Dios! Yo quiero!
ResponderEliminarYa mismo bajamos a veros y algo cocinaré seguro (tengo una idea para el desayuno...) ;-)
ResponderEliminarMmmnnnn siii Carmen!!
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