Ingredientes
2
barras de pan compradas el día de antes (o la cantidad que queráis)
aceite
(opcional)
Comprad
dos barras que os gusten: rústico, de cuarto, etc. Recomiendo
comprar solo dos porque si las hacéis para guardar o tenéis unos
recipientes grandes o no os cabrán, salen muchas tostadas de una
barra.
Comprad
el pan el día de antes, que esté ligeramente más duro, porque así
es más fácil de cortar.
Cortad
rodajas de pan de más o menos el mismo grosor. ¿Qué grosor? El que
más os guste a vosotros, más finitas o más gruesas, aunque
normalmente sobre 1 cm o algo menos (a ojo, no hace falta medirlo con
la regla).
Mientras
encended el horno a 180º, fuego arriba y abajo, para que se vaya
calentando. Forráis una bandeja de horno con papel de aluminio y
colocáis encima las rebanadas de pan. Podéis ponerlas tal cual o
con un chorrito de aceite de oliva por encima, solo por un lado.
También quedan muy buenas así.
Cuando
las veáis doradas o tostadas por encima dadles la vuelta, si es que
veis que por debajo no están tan hechas. Estarán hechas cuando las
veáis doradas por ambos lados. Dejáis enfriar y ya podéis guardar
en un recipiente hermético, si es que no os las coméis todas de
golpe. Aguantan bien hasta una semana o más en dicho recipiente.
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