Después
de estar un tiempo sin colgar ninguna receta (el deber obliga) por
fin puedo hacerlo. Este es un plato que hacía mucho tiempo que me
apetecía hacer, ya que es muy popular, muy sencillo y con
muy buen sabor. Yo creo que prácticamente todo el mundo ha oído
hablar de él y también una gran mayoría lo ha comido. Debo
confesar que nunca lo había comido hasta que lo cociné. Y volveré
a hacerlo. Así que, sin más dilación, ahí va la receta.
Ingredientes
(Para cuatro personas)
400
gramos de carne picada (mezcla),
400-500
gramos de puré de patatas (patata, aceite, leche caliente, sal,
pimienta y nuez moscada),
1
zanahoria,
1
cebolla,
3
champiñones
½
pimiento verde
¼
pimiento rojo
½
tallo de puerro,
2
ajos,
aceite
oliva,
100
ml de vino blanco,
100
gramos de queso rallado para gratinar o parmesano
1
hoja de laurel,
50
gramos de tomate frito, (4-6 cucharadas soperas salsa tomate)
tomillo
seco,
salsa
tipo Worcestershire (la que encontramos habitualmente es la Perrins)
pimienta
y
sal.
Elaboración
Ponemos
las patatas a cocer (lavadas, enteras y con la piel).
Mientras, cortamos todas las verduras en Brunoise
(cubitos) y las pochamos empezando por la cebolla, ajos, luego los
pimientos, zanahoria, puerro y champiñones. Durante el pochado
añadiremos una o dos hojas de laurel.
Cuando esté todo esto bien
pochado le añadimos la carne subimos el fuego y lo salteamos dando
vueltas continuamente y, cuando ya casi esté, le añadimos el vino y
dos cucharadas de salsa worcestershire, seguimos un minuto más y le
añadimos el tomate.
Condimentamos con las hierbas aromáticas y
ponemos apunto de sal. Dejamos pochar unos minutos a fuego lento.
Reservamos que se enfríe un poco. Esto es importante, dicen, para
que al poner luego el puré encima este no se hunda.
En
este tiempo ya se habrán cocido las patatas (sabremos que lo están
porque cuando las pinchemos con un cuchillo este se desprenderá
suavemente), las pasaremos por el pasapurés o bien las vamos
chafando con un tenedor (en este caso, hay que pelarlas antes y con
cuidado de no quemarse). A continuación añadiremos un poco de
aceite o mantequilla o margarina (según el gusto de cada uno) y un
poco de leche, la cantidad va a depender del grado de consistencia
que querais que tenga el puré. Yo, por ejemplo, le eché muy poca
cantidad. En algunas webs recomiendan que la leche la calentemos
previamente.
En
una fuente para el horno ponemos la carne y cubrimos con una buena
capa de puré y finalmente le añadimos el queso rallado por encima.
Ponemos, además, unos pequeños trozos de mantequilla por encima y
lo metemos a gratinar en el horno ya caliente a 200ºC unos 5-10 (o
incluso 15) minutos hasta que se nos haga el gratinado o incluso la
costra a nuestro gusto.
Y
servimos.
Si
os gustan mucho, también podéis añadirle guisantes. Yo no soy muy
fan de ellos y por eso no aparecen en la receta.
Otro
día os cuento cómo hacer salsa de tomate casera.
¡Y
a disfrutar!
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